domingo, 7 de agosto de 2011

Sobre el Blackberry, sin rechazarlo ni odiarlo... solo una reflexión


Mis amigos, mis conocidos y demás fans del Black Berry que lean este post, puede que me odien por un momento.
Pero es que no me gusta el aparato, no me agrada tener que estar pegada a ese level a un telefono; y no lo odio, admito su tremenda utilidad y necesidad, aun asi tambien lo veo como una carga.
No me imagino actualmente teniendo uno (es de los smart phones el que menos me atrae), pero no puedo decir ¨ de esta agua no bebere ¨.
Esto me llego al correo electronico hoy, enviado por Pedro Barbosa, de una lista de correos a la que pertenezco.
Lo posteo xq me parece que vale la pena reflexionarlo un poco.


Marguerite Yurcenar, en su magnífico libro "Memorias de Adriano", escribió:

"Dudo de que toda la filosofía de este mundo consiga suprimir la esclavitud, a lo sumo le cambiarán el nombre".

Hasta no hace mucho tiempo en Estados Unidos, a los esclavos nuevos se les ataba una bola negra de hierro muy irregular (no era una bola perfecta), con una cadena y un grillete, al pie, para que no escaparan corriendo de los campos de algodón.
Los amos, para usar un eufemismo (palabra políticamente más correcta, suena más bonito), le llamaban "BlackBerry" (cereza negra). Ese era el símbolo de la esclavitud. Un esclavo estaría forzado a dejar su vida hasta perecer sin poder escapar en esos campos de siembra. Así se hicieron las riquezas que hoy dominan el mundo.
Ahora, a los nuevos empleados no se les amarra una bola de hierro para que no escapen; se les da un "BlackBerry" y quedan inalámbricamente atados con ese "grillete", al igual que los esclavos; no lo pueden dejar de lado y quedan atados al trabajo todo el tiempo.
Es el símbolo moderno de la esclavitud. Gerentes, ejecutivos, directores y empleados en general tienen uno, y cualquiera puede ver cómo están pegados a él todo el tiempo; en el baño, en el carro, en el cine, en la cena, al dormirse y no hay forma de escapar cuando les llama el jefe o cuando les mandan correos.
No hay manera de decir que no les llegó o que no escucharon, porque ese aparatito avisa si llamaron y no contestaron, si tienen mensajes por leer, si los leyeron y si los demás abrieron sus correos, les marca citas, horarios, les despierta, se apaga solo, se prende solo, y permite estar idiotizado horas en internet, mientras sus esposas, esposos, novias o novios y sus hijos y familias les reclaman porque no les ponen atención.
Y ahí se ven, modernos ejecutivos que se sienten muy importantes porque "el jefe" les dio su BlackBerry para que no escapen de los campos del trabajo.
Era imposible pensar un nombre mejor.

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